El genoma de un tipo de oso de agua (Ramazzottius variornatus), un pequeño animal acuático del grupo de los tardígrados, ha sido secuenciado en un nuevo estudio que se publica en Nature Communications.
El trabajo ha logrado identificar un gen asociado a una proteína que, en
experimentos de laboratorio con células humanas cultivadas, proporciona
resistencia contra el daño que causan los rayos X en nuestro ADN. El nuevo
hallazgo hace pensar a los científicos que esas proteínas exclusivas de los
tardígrados son un escudo para las células contra las alteraciones de su
material genético. Algunas de esas agresiones son las causantes del cáncer.
Los tardígrados son animales de medio milímetro de longitud, con el
cuerpo segmentado, que viven en la capa de agua que cubre musgos, líquenes o
helechos, aunque también pueden habitar mares y ríos. Son muy conocidos por
sobrevivir en ambientes extremadamente estresantes. Pueden soportar
temperaturas que matarían a cualquiera, cercanas al cero absoluto y hasta los
150 ºC; aguantan presiones 6.000 veces superiores a la atmosférica y son
capaces de estar 10 años sin recibir agua, aunque no se sabe exactamente cómo
hacen todo esto.
Incluso han demostrado que no tienen problemas para seguir con su vida
normal en el vacío espacial. En 2007, Europa y Rusia enviaron al espacio una
sonda con un grupo de tardígrados como pasajeros. Los increíbles bichos no solo
no se murieron, sino que mantuvieron intacta su capacidad reproductiva.
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