Un tratamiento que utiliza una variante
sintética de un virus tiene potencial para combatir enfermedades genéticas del
oído que afectan a más de 125 millones de personas.
La terapia génica
trata de corregir errores genéticos que producen enfermedades. Para
conseguirlo, una de las vías más frecuentes consiste en infectar al paciente
con el gen adecuado empleando un virus. Las dificultades de la técnica hacen
que, por el momento, se mantenga como un tratamiento principalmente experimental,
que solo se emplea en pacientes que no tienen ninguna otra alternativa.
Una de las
principales dificultades a las que se habían enfrentado los científicos cuando
trataban de llevar los genes correctos hasta la región del oído donde se
encuentra el defecto es encontrar el vector adecuado. Hasta ahora, los virus
empleados para el transporte no eran capaces de entrar en las células del oído
interno que perciben las ondas sonoras.
En primer lugar, los autores pusieron a prueba
a los ratones que antes eran sordos sometiéndolos a ruidos fuertes para ver si
se asustaban. Además de responder positivamente a esa prueba, los ratones
fueron sometidos después a mediciones de las regiones auditivas de su cerebro.
Así, observaron que 19 de 25 ratones percibían sonidos menos intensos, por
debajo de los 80 decibelios, el equivalente a una oficina con más de diez
personas. El grupo que más beneficio recibió del tratamiento llegó a percibir
sonidos de hasta 25 decibelios, una sensibilidad normal para un ratón. Los autores
comprobaron también que el tratamiento mejoró los problemas de equilibrio
asociados al síndrome de Usher.
Para trasladar estos resultados a los humanos,
aún queda un trayecto importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario