Aportado por Cristina Garzón.
Las enfermedades
de origen autoinmune como la artritis reumatoide, esclerosis múltiple,
psoriasis o Crohn se originan por un desafortunado error del sistema
inmunológico. Sin causa del todo bien conocida, los linfocitos que vigilan ante
la llegada de invasores externos confunden como extraña alguna molécula de una
célula propia del organismo, y activan una respuesta inmunológica contra ella.
Como ocurre con las vacunas, se crean unos linfocitos de memoria especialmente
diseñados para atacar esas células, quedando latentes por el flujo sanguíneo y
produciendo periódicamente brotes que lesionan el tejido afectado.
El tratamiento que
estaba desarrollando el equipo de la doctora Elena Ricart era conceptualmente
sencillo: primero obtener células madre hematopoyéticas de la médula del
paciente, después destruir por completo su sistema inmunológico mediante
quimioterapia como se hace en casos de leucemia y, a continuación, trasplantar
las células madre para regenerar un nuevo sistema inmune sin la memoria del
viejo, esperando que no ataque al organismo.
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